GOBERNADOR DE CUYO Y CRUCE DE LOS ANDES















El 29 de noviembre de 1813 el segundo Triunvirato creó la Intendencia de Cuyo, integrada por las provincias de San Juan, San Luis y Mendoza, con capital en esta última. El 10 de agosto de 1814 fue nombrado José de San Martín (por entonces en Córdoba, recuperándose de algunos problemas de salud) como Gobernador - Intendente de la nueva región. Impulsó en forma apreciable el desarrollo de la agricultura, la ganadería, el comercio y la minería durante su gobierno de Cuyo. Llevaba un mes en su nuevo cargo San Martín, cuando arribaron a Mendoza los patriotas chilenos derrotados por los realistas en la batalla de Rancagua. Con la llegada de estos emigrados comienza San Martín la preparación de un ejército que, cruzando la cordillera de los Andes, intentaría la liberación del territorio vecino, para pasar después al Perú, idea ésta que desde tiempo atrás tenía la intención de realizar. Para llevar adelante este proyecto habría que crear dos frentes de operaciones: el del oeste y el del norte. Para el primero se prepararía en Cuyo un ejército que cruzaría la cordillera, apoyaría a los chilenos en su lucha contra las tropas del virrey del Perú y, finalmente, marcharía hasta Lima. Una vez iniciada esta expedición, por el norte se avanzaría hacia el Alto Perú. O sea que el plan sanmartiniano era concebido como un movimiento de pinzas que deberían cerrarse sobre el Perú para terminar con el poderío borbónico en América. Se llamó a este proyecto Plan Continental. La organización del Ejército de los Andes recibió gran impulso al ser elegido Juan Martín de Pueyrredón como Director Supremo, quien dio apoyo financiero, no obstante los escasos recursos de que disponía el país. El ejército de los Andes se formó con tropas de los ejércitos del norte y del litoral, con la base para la caballería de los cuatro escuadrones del regimiento de Granaderos a Caballo (creado por San Martín), pero el mayor aporte lo hizo la misma Cuyo, con un gran número de voluntarios, incluidos los negros esclavos y los libertos, que hasta entonces poco eran tenidos en cuenta. Llegó así a reunir San Martín un ejército de aproximadamente 5.500 hombres (entre hombres de tropa y milicias), 10.600 mulas (fundamentales para el cruce de los Andes, ya que por estar adaptadas a la altura, podían cargar con todo lo necesario), 1.600 caballos (de los cuales llegaron a Chile aproximadamente 800, pérdida esta que ya había calculado San Martín) y 700 cabezas de ganado, además de la artillería y provisiones. Enorme ayuda prestó al Libertador, fray Luis Beltrán, a quien se encargó la elaboración de cuanto material de guerra y utensilios se pudieran necesitar para el cruce. En el campo de El Plumerillo, cercano a la ciudad de Mendoza, instaló San Martín el campamento de preparación del ejército. La preparación de las tropas estuvo terminada a fines de 1816. Para efectuar el cruce, San Martín repartió su ejército en cuatro columnas menores y una mayor, a su vez subdividida, que avanzaría por los pasos cordilleranos de Uspallata y Los Patos. Las menores lo harían, respectivamente, desde La Rioja por el paso de Come Caballos; desde San Juan por el de Guana y desde el sur de Mendoza por los del Portillo y del Planchón. Había confiado San Martín al ingeniero Alvarez Condarco la inspección previa de estos pasos de montaña, por los cuales haría pasar su ejércitos, superando alturas de más de 5.000 metros, soportando en la noche temperaturas de hasta 20 grados bajo cero. No registra la historia universal una empresa que pueda ni siquiera acercarse a lo realizado por el Ejército de los Andes. Acompañaron a San Martín en el mando del ejército libertador Miguel Estanislao Soler, Juan Gregorio de las Heras y el chileno Bernardo de O`Higgins. El grueso de las tropas partió el 18 y 19 de enero de 1817. Tras cruzar la cordillera, San Martín venció a un ejército realista en la batalla de Chacabuco, librada el 12 de febrero, y dos días después entró en Santiago.
Preparativos para el cruce
"Después del estómago, ocupóse de los pies, vehículos de la victoria. Dispuso, para suplir la falta de calzado y no gravar al erario, que el Cabildo remitiese al campamento los desperdicios de cuero de las reses del consumo diario, para construir con ellos tamangos, y que los mismos soldados preparaban. Llevóse la economía al último grado a que jamás ha llegado, para demostrar, cómo se pueden realizar grandes empresas con pequeños medios. Publicóse por la orden del día y se proclamó por bando a son de tambores, que se reuniesen en almacenes los trapos viejos de lana para forrar interiormente los tamangos. Con los cuernos de las reses, se fabricaron chifles para suplir las cantimploras, indispensables en las travesías sin agua de la cordillera. Por un bando, mandó recoger todo el orillo de paño que se encontrase en las tiendas y las sastrerías de la ciudad, que distribuyó entre los soldados para suspensorios de las alforjas. El asunto que más lo preocupó fueron las herraduras de las bestias. Celebró conferencias con herreros y arrieros, y después de escucharlos atentamente, adoptó un modelo de herradura, que envió al gobierno, encargando a un oficial la llevase colgada al pecho como si fuese de oro y la presentara al Ministerio de la Guerra." (Relato del general Gregorio Espejo, quien fuera subordinado del general San Martín en el Ejército de los Andes, en el "El Cruce de los Andes").
Mapa de los seis pasos que atraveso el Ejército Argentino para liberar Chile. (clic en la imagen para ampliar).

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