
Entre los grandes ejemplos de nuestra historia, hemos escogido el de un humilde hijo de las Misiones
Guaraníticas, signado por Dios para ser soldado cuyo ejemplo es único en toda América, como hemos de demostrar. Nos estamos refiriendo a José Félix Bogado, quien fortificado en la grandeza moral, con años de práctica para la acción durante la guerra de la independencia, y ganando capacidad de mando con su eficacia, es un ejemplo de soldado sobrio y sufrido que con naturalidad cumple su tarea. Claro y terminante en los asuntos de mando y acción. Gaucho que no guarda para sí más que lo necesario. Consciente de las
obligaciones que implica el deber. Hombre cuya mente sana no concibe excesos, ni tiene jamás ambiciones de poder. Para Bogado, la vida modesta está hecha a la medida de su carácter dándole autoridad moral ante los demás.
Prácticamente nada se sabe de su niñez en su tierra natal, señalando algunos
historiadores que nació en Villa Rica en el Departamento de Guaira, Provincia del Paraguay, en el año 1777. Un año antes que naciera en
Yapeyú quien más tarde seria el Libertador, General José de San Martín y su Jefe de Granaderos.
Se afirma que ya por 1810 se había mezclado en los acontecimientos que promovieron la Revolución de Mayo; y se conoce según los mejores datos que era lanchero y, que con su pequeña
chalana de tráfico recorría el río
Paraná hasta el anchuroso estuario del Plata, de allí que es posible suponer que también tuvo
participación en los días de la Defensa de Buenos Aires, prestando apoyo logístico contra el invasor inglés.
Concretamente su biografía queda estampada en la huella de la historia, recién a partir de la alborada del 3 de febrero de 1813, en San Lorenzo. Bogado había sido apresado por fuerzas de desembarco realistas el día anterior al combate y, después de la acción fue uno de los que pasaron a las filas criollas en el trueque de prisioneros aceptado por San Martín.
Inmediatamente, Bogado solicitó su incorporación al Regimiento de Granaderos a Caballo, cuerpo de ejército creado por San Martín.
Señalamos de Bogado que como militar es un ejemplo único en la historia de los ejércitos americanos y, lo explicamos señalando que alistado en el Regimiento de Granaderos a Caballo como soldado, y paso a paso en la escala de las ordenanzas obtiene las insignias de coronel efectivo, que le otorga el otro Libertador, General Simón Bolívar. Todo esto sin pasar de un cuerpo a otro y regresando como Jefe de los últimos restos del ejército que constituyó la columna vertebral de los
libertadores del continente sudamericano.
¿Quién podía suponer que aquél humilde
guaireño llegaría a comandar el mismo cuerpo creado por el célebre "Santo de la Espada"? Lo cierto es que desde 1813 a 1826, trece largos años de esfuerzos, sacrificios, actos heroicos, decisiones memorables y voluntad sin desmayo puestas al servicio del orden y la libertad, iluminaron la vida de Bogado desde soldado raso a coronel mayor. Su pecho se fue cubriendo de condecoraciones otorgadas por su
comportamiento y valor en Chile y Perú, recibiendo del gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el Cordón de Honor como "HEROICO DEFENSOR DE LA
NACION".
Bogado formó parte de los dos escuadrones de granaderos a caballo que se destinaron al Alto Perú y como auxiliar en la tercera campaña que se iniciaba, tras las derrotas en
Vílcapujío y
Ayohuma. Desde allí en más, combatió en Tejas, Puesto del Marqués, Posta de Venta y Media. Y en
Sipe-
Sipe.
Bogado siguió en el Regimiento de Granaderos formando parte del Ejército de los Andes, y ya como alférez se batió el 6 de febrero de 1817 en el combate de Las
Coimas, donde el comandante Mariano
Necochea, con ochenta hombres de la escolta del general en jefe y treinta granaderos, cargó y deshizo al enemigo compuesto por 400 hombres de caballería. Después en
Chacabuco, el valeroso
comportamiento en el campo de batalla, en el que fue herido, valiendo a Bogado el grado de teniente primero del cuarto escuadrón de Granaderos a Caballo. A esta acción le siguieron:
Curapaligüe,
Gualpen, Los Perales; el asalto sobre
Talcahuano; Cancha Rayada y finalmente
Maipú, donde el entusiasta y disciplinado ejército coronó su valor dando libertad a la Capitanía de Chile y honor a las armas criollas. Bogado continuaba prestando servicios a la Patria Grande, y el 23 de julio de 1819 es ascendido al cargo de ayudante mayor del segundo escuadrón, siempre en el Regimiento de Granaderos a Caballo.
El Perú era el próximo paso hacia la definitiva consolidación de la
emancipación sudamericana y, la nueva empresa engrandecería el juramento de los soldados que no titubearon en laurear otra vez las armas de la Patria o morir. El 20 de agosto de 1820, partía desde
Valparaíso la expedición y en ella se embarcaba José Félix Bogado fiel a la obediencia y el deber, formando el cuadro de oficiales del ejército libertador. Es así que participa en la batalla del Cerro y en los combates de Nazca y
Acaraí, ingresando con el ejército vencedor a Lima el 9 de julio de 1821. Bogado recibió la medalla concedida a los oficiales, con el lema: "YO FUI DEL EJERCITO LIBERTADOR”. Intervino
valerosamente en los asaltos a los castillos del Callao, por lo que fue ascendido a capitán y en julio de 1822 lo hicieron sargento mayor en recompensa a sus largos servicios y en mérito a sus loables
comportamientos en el ejército expedicionario.
Asistió a la Campaña de Puertos Intermedios y se halló en las desgraciadas acciones de
Torata y
Moquehua, ya retirado el general San Martín y asumido el mando de todas las fuerzas existentes, por parte de Simón Bolívar.
En la última etapa de la guerra de la independencia, el ejército reunido en
Tacna continuaba avanzando, y Bogado combatió con sus granaderos en
Pichincha y en
Junín. Hallándose al frente de solo ochenta soldados del glorioso regimiento sanmartiniano, se batió en
Ayacucho y las Provincias Unidas de
Sud-América estuvieron
representadas con honor. Por tales servicios el propio Bolívar, le otorga a nuestro héroe el grado de coronel efectivo, atento a los méritos y servicios de quien ya era un "
BENEMERITO EN GRADO EMINENTE".
El bizarro paraguayo y
representante genuino de los famosos Granaderos a Caballo de San Martín, regreso triunfal conduciendo al resto de las tropas que habían participado en la campaña libertadora entre las que se encontraban solo siete granaderos.
No concluiría con esto el ejemplo de Bogado al servicio de la Gran Nación Sudamericana que anhelaban Bolívar y San Martín, sino que seguiría con su constancia y valor a toda prueba, no ajena a la pobreza y al dolor. El 22 de julio de 1826 es nombrado jefe en comisión del 4
to Regimiento de Caballería de Milicias.
Actuó en la campaña del sur, bajo la dirección del general
Federico Rauch y, luego pasó con su regimiento a servir de guarnición en los pueblos de San Nicolás, Arrecifes, Salto,
Zárate y San Pedro, desde 1827 hasta mayo de 1828, pasando a revestir como coronel en la Plana Mayor General, terminada esa comisión. A principios de 1829, nombrado Comandante Militar de San Nicolás, desplegó su acción como jefe superior de la frontera norte de la Provincia de Buenos Aires. Dicha ciudad fue sitiada por los ejércitos de
Estanislao López pero la misma resistió heroicamente a las órdenes del coronel Bogado (fiel a
Lavalle), durante ocho meses, soportando la población con paciencia y heroicidad el hambre, las privaciones y los continuos incendios que arrasaron sus mejores edificios, sin que el enemigo pudiera rendirla. En esas circunstancia rindió su vida el coronel Bogado, de resultas de una enfermedad contraída en actos de servicios, de los “pulmones dañados”, dice la partida de defunción. San Nicolás de los Arroyos sería el punto final de su destino, el 21 de noviembre de 1829.

Casa donde residio el Coronel Bogado ubicada en la calle Francia 223 de la ciudad de San Nicolás.
Valiente, honrado, austero, rígido en el cumplimiento del deber, desinteresado de corazón, el Coronel Mayor Don José Félix Bogado, es un ejemplo que une con lazos de permanente confraternidad a un vasto sector del continente sudamericano. Tras nuestros conceptos preliminares de introducción a esta evocación de la vida de nuestro prócer, cabe como corolario señalar que el porvenir de una Nación se fundamenta primordialmente en el temple moral de sus hijos que con dignidad y coraje, practiquen y defiendan la virtud.
NÓMINA de los integrantes del Regimiento de Granaderos a Caballo que llegaron hasta Quito y regresaron en febrero de 1826 al cuartel del Retiro en Buenos Aires:
Coronel José Félix Bogado
Sargento Mayor
Paulino Rojas
Capitán Francisco Olmos
Sargento 2º Patricio
GómezSargento 2º Francisco Vargas
Sargento 2º
Damasio Rosales
Sargento Trompa Miguel
ChepoyaPor Miguel Angel Migliarini y Erlinda Ferrari de Mancini.